Mientras que el aire es un aislante excelente para bloquear la transmisión de calor, el agua es un conductor excelente. En otras palabras, el agua absorbe el calor de tu cuerpo mucho más rápido que el aire. Por ejemplo, es probable que te sientas cómodo en un sala con 21ºC, pero pronto sentirías frío en una piscina de 21ºC.