Los nudibranquios no están protegidos por concha, ya que sus espectaculares y llamativas coloraciones advierten a sus depredadores de su gran toxicidad.
En un mundo donde la supervivencia es intrínseca al mimetismo, al camuflaje y al tamaño, esta forma de vida no deja de sorprender a expertos y aficionados.
Su tamaño va desde los dos milímetros, solo visibles para el ojo del buceador experimentado, hasta los cuarenta centímetros, aunque suelen ser de tamaño inferior a los dos centímetros.